MORIR CON UNA IDEA

     Ya lo anunciaba ayer Xavi, y esta tarde, hablando con mi amigo Miguel Angel nos imaginábamos algo parecido(aunque ni en los peores presentimientos llegábamos a suponer un ridículo de este calibre).

     Una vez más, Xavi desperdició una ocasión maravillosa para callarse, para hablar del tiempo o de la hierba y evitarnos sus habituales comentarios, pero una vez más Xavi nos contó que iban a mantener su esquema, su estilo, y morir con él.

     Y ciertamente, cumplió su promesa. Porque esta noche España ha muerto con sus ideas
 ha decidido  morir con el fútbol plano, con los pasecitos en horizontal de  Xavi a Iniesta y de este a Xavi, para volver a empezar.

     Un penalti nos permitió adelantarnos, Silva falló la segunda ocasión y casi la última, y a partir de ahí vino el despropósito de una defensa de cristal(Piqué está tan muerto como la idea, y Ramos está lento y en su carrera hacia el balón de oro(manda huevos) no vio venir ni a Robben ni a Van Persie que encontraron en su camino una autopista gratuita ,mientras que  a Casillas hay que dedicarle medio artículo, y nos ha hecho pagar su falta de partidos en el último año y medio dejando a la vista sus defectos conocidos y aquellos otros que no sabíamos que nadie era capaz de coleccionar.

     Le dispararon 4 veces y le marcaron 5. Absolutamente ridículo, ha hecho disfrutar en sus sofás a los que  aguardaban el partido animando a Holanda con la camiseta de Diego López puesta y la foto de Mou en el altar junto a la cabecera de la cama.

     Un espectáculo casi de risa, una selección que ha unido en una idea común  a aquellos barcelonistas que ven en España al enemigo y algunos madridistas que prefieren que España pierda antes que permitir que jueguen en la selección gente que no lleva el yugo y las flechas tatuados en el corazón.

     Un suicidio colectivo de una selección que no se ha renovado, que ha ido a Brasil como si fuera un homenaje a los que fueron campeones, muchos de los cuales ya no están para jugar en estos niveles y buscan un retiro dorado en países de poco esfuerzo y mucho petrodolar.

     Morir con una idea, como un recuerdo de aquello que fue y no volverá, de un equipo que como al Barça se le ha congelado la  sonrisa en un túnel del tiempo, y no ha sabido aterrizar en el presente.

     Un equipo formado por los llamados estilistas, que corren poco y hablan mucho, que fueron los mejores y lo ganaron todo, y que nunca olvidaremos que nos hicieron gritar orgullosos durante años, pero que ya no  parecen capaces de emocionar a nadie, ni a ellos mismos, un equipo que es más de ayer que de mañana, y al que el hoy le ha llegado con demasiados partidos en las piernas y muy poca gasolina en el depósito.

     Jugar con medio equipo adelantado, permitir que los rivales corrieran por las bandas, con un centro de la defensa formada por dos jugadores sin fuerza, un centro del campo sin ideas, con Xabi y Xavi planos, con Busquets fuera de sitio, con Iniesta perdido y con Cazorla, Koke y el resto en el banquillo viendo impotentes a los de siempre haciendo lo de siempre.

     Casillas esperaba lograr un record de imbatibilidad y ha batido uno en sentido contrario, cinco goles en 4 disparos, y Del Bosque, a quien esperaban muchos con las escopetas cargadas, armados con una foto de Mou, la bandera portuguesa y tapando el aguila de San Juan que con orgullo lucían cuando no había separatistas en el equipo, tendrá que recomponer un grupo muerto.


     Un equipo que, eso sí, murió con una idea.

      Que es como suicidarse sin ninguna