21 de julio de 2015

PEP GUARDIOLA Y EL DINERO


     Que decepción. Dice Fernández Díaz que Pep Guardiola jugaba en la selección por dinero. Madre mía, y yo que siempre pensé que lo hacía gratis, como el resto de jugadores, como Casillas que se pagaba la camiseta para poder jugar con España, o como Sergio Ramos que se paga de su bolsillo los viajes para poder jugar en la selección.

     Y ahora me entero de que el único que lo ha hecho por dinero ha sido Guardiola. Pep, mi Pep de siempre, jugaba con España por cosas tan absurdas como prestigio, dinero, profesionalidad. ahora  descubro que nunca cantó el himno en la intimidad, que nunca gritó VIVA ESPAÑA ni abjuró de su condición de catalán.

     Y si te descuidas, te pones a hurgar en su vida privada y hasta averiguas que escuchaba a Lluis Llach cantando "La gallineta"  o "L'estaca", y que ni era una canción la primera sobre las granjas ni la segunda era una descripción de un juego de fuerza.

     ¡Qué decepción! y  qué calladito lo tenía. Nadie sabía que era catalán, nadie sabía que siempre defendía a Catalunya, nadie se imaginaba que en su interior le hubiera encantado poder jugar con la cuatribarrada en competición oficial. Nadie. O al menos, no lo sabía el ministro del Interior, el señor Fernández Díaz.

   
     Hay que ser ridículo pero casi profesional de la ridiculez para ignorar que Pep(¿le suena que alguna vez se llamara José o Pepe?) era catalanista. Pero hay que ser aún más ridículo para despreciar a alguien por serlo. ¿Qué tiene de despreciable que alguien sueñe, desee, que Catalunya sea un estado diferente? Y qué tiene de malo, de despreciable que cuando ese sueño, ese deseo era imposible, uno defienda la camiseta del país del que(le guste mas o menos) forma parte?

      ¿ Es imprescindible que para que un jugador vaya a la selección(de cualquier especialidad) renuncie a sus ilusiones? ¿A usted, señor ministro, le parece incompatible cumplir con la legalidad vigente, defender a la selección española, ganar unas olimpiadas en el equipo, comprometerse al máximo con la selección y sentir por dentro que eres catalán, que te gustaría que tu país tuviera selección propia y poder defender esos colores, pero sin que ello conlleve renuncia ni desprecio por la selección en la que juegas?

     Nada más lejos de mi intención que defender el separatismo, defender que Catalunya acabe siendo una realidad diferente a la actual, pero ¿tan difícil es que hagamos un esfuerzo por entender al que piensa diferente?

     Pep Guardiola, en todos y cada uno de los partidos en los que se puso la camiseta roja (como Piqué, como Xavi, como Cesc, como tantos otros) defendió a nuestro país, señor ministro, al suyo y al mío, y gracias a muchos como ellos(canten el himno español o les sea indiferente) pudimos celebrar juntos dos Europeos y un Mundial, cosa señor ministro, que yo en mis muchos años, ni me planteaba.

     Señor Fernández Díaz, ahórrese hacer más el ridículo, y sobre todo, ahórrenos el ridículo a los  españoles, le hayamos votado o no, y entienda que ya no son épocas del ordeno y mando, que la gente puede ser futbolista y opinar de política, o entrenador y catalanista. Que entrenar no impide opinar, que las mordazas ya no sientan bien salvo en las películas de miedo.




     Y aunque a usted le pueda sorprender, Pep Guardiola jugaba por dinero.

     Se llama ser profesional. Y es lo que yo a los seleccionados les exijo.

     Y también a los políticos

 

   

   
   

15 de julio de 2015

MENTIROSO COMPULSIVO


     Que Iker Casillas iba a marcharse del Real Madrid era algo que todos sabíamos, y lo malo para el jugador es que no se atreviera a hacerlo antes. Desde que Mourinho lo puso en la diana, medio estadio, muchos ¿periodistas? y la mitad del madridismo(los del Mourinho y cierra España) se la tenían jurada. Y si no se fue antes es porque nadie podía asumir su contrato y porque el Real Madrid no se lo pagaba si iba a un equipo con opciones en Europa.

     Pero la despedida ha sido patética, esperpéntica, ridícula a más no poder. La primera despedida en total soledad, abandonado, sin sus compañeros, como un apestado, no era la que merecía un tipo que ha jugado 25 años en un club(más o menos como Xavi en el Barça) que ha sido el mejor del mundo  y que ha salvado tantas veces a los blancos con paradas inverosímiles.

     La segunda despedida, ya sin lágrimas fue un monumento a la ridiculez, un canto a lo absurdo, elevar la mentira a categoría de comedia bufa. Salir Florentino diciendo que el Real Madrid no quería que Casillas se fuera, es para que se te caiga el vaso de las manos, afirmar que el Real Madrid deseaba fervientemente que Casillas se retirara en el club blanco, es para que a Florentino le hicieran la prueba del polígrafo(no se vayan, después de la publicidad) y que el aparato explotase en directo.

     Iker se marcha al Oporto y en algunos madridistas de mi entorno sobrevuela el miedo de que vuelva a ser algo parecido al que fue, y pagando el Madrid. Pero los seguidores de Mou( a estos el Madrid les importa menos, el amor tiene razones que la razón no entiende y el odio también) le desean todos los males del mundo a un tipo que debería tener en casa la que ellos llaman octava, y al menos una de las orejas de las otras dos ganadas posteriormente.

     3 Champions, 5 ligas, 1 mundial de clubes, 1 Mundial de selecciones y 2 Eurocopas avalan su trayectoria, y en el Real Madrid pagan 20 millones para que no sea de la plantilla, para perderlo de vista, para apartarlo del escaparate.

     El veneno que Mou inoculó en una parte del madridismo, ha ido haciendo efecto, dia a dia. Un paseo por algunos blogs(amateurs y semiprofesionales) dan idea de hasta qué punto ese odio ha calado, hasta qué pùnto han condenado a Iker al olvido con insultos y descalificaciones que no merece ni el peor de los enemigos. Nunca le perdonaron aquella llamada a Xavi para aclarar las cosas, nunca le perdonaron que fuera el capitán y diera la cara, ni que en la vorágine de agresiones, dedos en ojos, desprecios al rival e insultos al árbitro, Casillas no quisiera ser el más mouriñista, y que  se avergonzase


de verse en la imagen llamándole caradura y ladrón al árbitro, y en su vergüenza profesional llevó la penitencia. El "conmigo o contra mí" le pasó factura y esta temporada, cada balón colgado, cada pase atrás era una sinfonía de silbidos y de insultos que hicieron que en palabras del propio Florentino, Iker estuviera "hasta los huevos"(sic).

     Casillas se va a Oporto y volverá a sentirse apoyado por los aficionados, dejará de escuchar pitos cada vez que toque el balón y recibirá aplausos con sus intervenciones en lugar de comentarios del estilo "le ha ido al cuerpo" o "ha sido suerte". No volverá a ser lo que fue, porque nadie puede darle a las agujas del tiempo y volverlo al pasado, pero volverá a creer en sí mismo, y sorpendentemente, tendrá más seguidores fuera del Madrid que dentro. De hecho el propio club dejó de seguirle en twitter en su ridículo despido.

     Hace un año, modestamente, desde aquí le pedíamos como español y como culé que se fuera, que se encontrara de nuevo con la ilusión, que recuperara las ganas de levantarse pronto para ir a entrenar. Que los suyos estuvieran en su lado y no en el rival, que su afición perdonara sus errores y aplaudiera sus aciertos, y que volviera a disfrutar de ser futbolista.

     Como culé recuerdo paradas increíbles, enfados monumentales por esos reflejos que no parecían humanos, y afortunadamente no volveremos a sufrirlos en contra.

     Esperemos que Iker sea feliz y sobre todo, que en su antiguo club lo echen de menos.

     Iker y los aficionados del Barça sonreiremos si eso ocurre.

5 de julio de 2015

TODOS A CIBELES


     Ayer llamé a un amigo que vive en Madrid para preguntarle si estaba La Cibeles llena de gente celebrando la victoria de Chile, o más bien la derrota de Messi. Pero no fue capaz de confirmarmelo, aunque me habló de coches y de sonidos de claxon.

     Luego decidí pasar por blogs y twitters de lo más ultra(en el más amplio sentido de la palabra) del madridismo, y la euforia no se contenía. No sé si físicamente, pero mentalmente estaban todos en Cibeles, celebrando lo que no fueron capaces de celebrar en España.

     Y puede que anoche algún periodista con su bufanda al cuello pusiera el himno madridista para que no se terminara de llenar de polvo por falta de uso.

     Y no es que los madridistas de ese estilo celebraran el éxito chileno por solidaridad con alguno de sus jugadores(de momento en Chile no está prevista ninguna operación especulativa, que se sepa), de hecho solo Bravo el extraordinario portero del Barça juega en uno de los grandes españoles, su euforia se debía(y por ello muchos se acostaron tarde anoche)a que Messi perdió, para que personajes como Roncero pudieran enorgullecerse de Maradona(un ejemplo para los niños) para oponerle a Leo a alguien que ganó cosas(aunque fuera metiendo un gol con la mano, que por esos pagos la trampa está muy valorada).

     Ha de ser tremendo tener que recurrir a un partido de Chile para reverdecer ilusiones, para volver a sonreir deportivamente, y es que la desesperación empieza a llevarles por caminos que rozan lo esperpéntico.

     ¿ Qué hubieran ladrado si la patada que le dan a Messi en el pecho, casi sin balón, al nivel de la que De Jong le soltó a Xabi Alonso sin estar mediatizado por ese odio que les atenaza las gargantas y los convierte en esclavos de la idiotez?

     Pero en esta Copa América han optado por llamar a eso fútbol viril, y en esa Copa América gracias a los del silbato apenas ha habido expulsiones, excepto la de Neymar, incluyendo tactos rectales de esos que ayer celebraban(con el madridismo casposo) su triunfo.

     Pobres. Creen que el que Messi esté rodeado de una banda lo hace menos importante, menos trascendente, creen que las derrotas de Argentina oscurecerán el palmarés del mejor jugador de la historia, y son los mismos que en otro momento hablan de Cristiano obviando que Portugal no es que no gane nada, es que jamás llega ni a la final en la que se ganan cosas.

     El triplete les ha dejado escocidos, el Hemoal se agotó este verano y lo único que puede suavizar dicho escozor es hacerse de La Roja, pero no de la española, que esa la dirige uno que también es un traidor, tan traidor como el portero al que quieren echar como sea del club, es hacerse aficionados de Chile, al que muchos ni sitúan en el mapa, y otros apenas lo recuerdan de la época de Pinochet.

     En esa época, a La Cibeles se iba con mayor frecuencia. Será casualidad