22 de noviembre de 2015

FLORENTINO SE EQUIVOCÓ EN EL 11

   
   
 
     Sorprendente la alineación que Florentino sacó ayer, tan sorprendente que el propio Benítez no sabía ni cómo justificarla, aunque los aficionados blancos parecían felices antes de empezar. El hecho de que Casillas ya no esté y que ahora esté Keylor, decían que iba a darle la vuelta a la superioridad azulgrana de los últimos años, y es que la culpa  de todo era de Casillas.

     También nos sorprendió que el secretario técnico blanco optara por Danilo antes que por Carvajal, y parecía que  la alineación estaba  hecha en función del coste de los traspasos  y no del rendimiento en el terreno de juego.

     Y enfrente, el Barça apostó por lo de siempre, con 5 canteranos, con un centro del campo poblado para quedarse el balón en propiedad mientras los rivales perseguían(algunos simplemente amagaban con perseguirlas) sombras, y presionaban sin fe y sin demasiadas esperanzas de alcanzar el objetivo.

     Tardó 5 minutos el Barça en poner en marcha la sinfonía y con un Iniesta disfrazado de Von Karajan, comenzó el recital ante las miradas huidizas de unos rivales que apenas lo fueron.

    Neymar les hizo un traje a medida a todos los que salían a marcarle, y de no ser por la misericordia de Borbalán alguno hubiera acabado antes en el vestuario, víctima de la impotencia, mientras a su lado Suárez sacó su instinto depredador marcando dos goles y quedándose a unos centímetros de un hattrick en el mismísimo Bernabéu, y junto a estos tres, Busquets explicaba el por qué Del Bosque(que de esto sabe aunque a veces nos haga dudar) querría reencarnarse en el de Badía.

     Acompañados por un Sergi Roberto al que muchos querían vender en Junio y ahora hay que renovarle antes de que alguien se lo lleve, y la solidez defensiva con un Piqué al que los pitos motivan(lástima del fallo de Munir, que si marca Piqué el quinto se cae el estadio) y un Bravo que aunque se adornó en exceso en un par de jugadas estuvo perfecto en otras tres que terminaron de hundir a un rival que estaba groggy.

     Y pensé sonriente: qué suerte tenemos de poder disfrutar de un equipo así, de este juego, y cuando nos comparamos con el rival aún vemos mayor la distancia que nos separa, que ya no es ganar o perder, sino disfrutar o sufrir humillaciones como la de ayer.

     Ayer el Real Madrid fue humillado por un gran equipo porque Benítez apostó (muy a su pesar) por el talento y no por el trabajo, por contentar al palco y no al vestuario, por demostrar que es muy valiente cuando él mismo sabe que no lo es, y recibiendo una lección táctica de Luis Enrique que sacó lo que tenía pero en los sitios más idóneos.


     Y Messi riéndose en el banquillo. Y Casillas desternillándose en Oporto




16 de noviembre de 2015

EL NIÑO QUE ODIABA A LOS REYES MAGOS

     A Jordi le había quedado claro desde niño que los Reyes Magos no eran  de fiar. 
En su primera carta  pidió muchas cosas, se acostó  pronto, le dijo a su hermano 
Àngel que les iban a traer muchos regalos  ante la cara de incredulidad de éste, y por 
la mañana junto a un árbol de plástico había un jersey azul y unas zapatillas de deporte sin marca.

-Jo volia una pilota amb l’escut del Barça i no pas un jersei i unes sabatilles del col.legi

     El año siguiente  fue peor. Tal vez porque lo veían ir  al colegio con una
 mochila vieja  alguien se lo dijo a Baltasar,  o realmente porque los Reyes lo ven todo, le trajeron una nueva, pero ni siquiera con el escudo del Barça como él quería, sino con un personaje de una serie de dibujos que el año anterior le había gustado.

     Una tarde, escuchó a su padre  hablando con un amigo. Le decía que odiaba las fiestas de Navidad desde la muerte de Àngela, precisamente en esos días  en los que todos se deseaban feliz Año Nuevo, y que desde entonces ningún año, ni nuevo ni viejo había vuelto a ser feliz, y que no le apetecía ni ir de compras con los niños, ni  siquiera ayudarles con la carta.

     Jordi se fue a su cuarto llorando, y  no pudo oir cómo su padre decía que adoraba 
a sus hijos, que se sentía culpable, que desde el accidente en el que su mujer murió
no tenía fuerzas para seguir viviendo, que no podía  trabajar y que con su pensión de
invalidez no podía permitirse ningún lujo y sobre todo  que  se sentía un padre horrible, aunque también le confesó que hacía cuatro meses que no probaba el alcohol.

     Que sabía que Jordi jugaba bastante bien al fútbol, pero que era imposible pagarle un campus para que aprendiera en verano y reconoció que le daba vergüenza mendigarle al concejal para que lo admitiera en la escuela deportiva sin pagar los gastos.

     Aquella tarde, su padre, cuando Jordi no lo podía escuchar, le contó a ese viejo
amigo(el único que le quedaba) que de niño a él la fiesta de Reyes (allí en su
Almendralejo natal) le encantaba. 

     Que sus padres preparaban unos días antes de Navidad un Belén, modesto pero entrañable, que cada día él y sus hermanos avanzaban aquellas figuritas de los reyes hasta que el día 5 se quedaban en el mismo Portal de Belén, y que esa noche preparaban turrón y unas copitas de licor para los reyes y pajes , y sobre todo, un cubo de  agua para los camellos, y que él, cuando Àngel tenía 4 años, también lo hizo, y que sonrió cuando su hijo  preguntó que cómo iban a subir al cuarto piso los camellos si no tenían ascensor.

     Pero de todo esto, Jordi no sabía nada. Porque él no recordaba ninguna Navidad feliz, ningún regalo, ninguna fiesta, solo tristeza y malas caras.A veces, su tío Gerard les compraba el “Tió” el 8 de Diciembre, y les recordaba que había que alimentarlo y solía acompañarles a la cabalgata de Reyes .

     Este año Jordi quería una camiseta de Piqué, aunque sabía que no le traerían
nada de lo que pidiera. Aún así fue con su tío a unos grandes almacenes y  se acercó a darle la carta al paje que había en la puerta, se sentó a su lado y se lo contó todo: que su papá lloraba mucho en estas fiestas, que nunca le traían nada salvo ropa, que su papá no podía trabajar desde el accidente cuando su mamá se fue al cielo, que la echaba de menos,  que él , que era del Barça, y que se portaba bien quería una camiseta, si pudiera ser, la de Piqué, y que cada noche, al rezarle a los  4 angelitos de su cama, también les pedía que su padre fuera feliz, que volviera a quererles, que sonriera de vez en cuando, y si podía ser, que los Reyes le hicieran caso alguna vez.

     Le contó al paje que le encantaba jugar al fútbol de defensa, y que en el pueblo
había una escuela para los pequeños pero que su papá no tenía dinero y no podía comprarle la camiseta ni las botas, ni nada porque su papá no trabajaba.

     A veces, los mensajes que les enviamos a los ángeles les llegan, aunque sea a través de un tercero. Y en esta ocasión el mensaje de Jordi llegó gracias a  Roberto, un  empleado de Telefónica que cada año  desde hacía tiempo, se disfrazaba de paje durante 3 días y con los 200 euros que cobraba, intentaba hacer feliz a dos niños de entre  aquellos que le entregaban las cartas comprándoles los regalos que ellos nunca hubieran recibido. Averiguaba el domicilio preguntándoles el teléfono y luego se las arreglaba para ir a su casa y ponerse de acuerdo con un vecino o fingir una avería del teléfono o una revisión. Y a veces, coincide que uno de esos ángeles, es
amigo de alguien, que conoce a un tipo y ……


     Habían pasado 11 años. Jordi nunca olvidó aquella noche de Reyes del 2014. Cuando por la mañana, casi sin ánimo se levantó y vio a su hermano con cara de sorpresa, con aquella caja grande con un lazo enorme con su nombre. Y aun hoy sonreía al verse de nuevo abriendo aquella caja,enredándose con el lazo y sus lágrimas cuando vio lacamiseta de Piqué, firmada por el jugador. Y cómo  lloró de alegría  cuando Ángel,ante la sonrisa cómplice de su padre le leía:  vale por uncursillo en el campus que el F.C.Barcelona realizará en la localidad de Barcelona entre los días ….

     Pasaron años antes de llegar a conocer a aquella persona, , y le contó que era amigo del amigo de un amigo de…Piqué,  esas cosas que a veces montan los ángeles desde elcielo para que las cosas salgan como deben y a las  que nosotros, como no somoscapaces de entenderlas, las  llamamos casualidades.

     Hacía escasamente un mes que le dieron la triste noticia. Su amigo, el empleado de Telefónica, el paje de las Navidades,  el que le compró aquella camiseta y consiguió que Piqué le pagara el cursillo,  ya no estaba con nosotros. Una cruel enfermedad  se lo había llevado. No dejaba familia pero había dejado un reguero de cariño, en muchos de los casos un cariño anónimo, de quien ha dado tanto sin esperar nada.

     Ahora, acabando 2025, con 17 años recién cumplidos, subía las escaleras
escuchando los acordes del himno del Barça:Tot el camp …. Som la gent balugrana… y el público que gritaba “a capela” el BARÇA, BARÇA, BAAAAAARÇA.

     El míster se acercó y le dijo al oído: Jordi, tranquil. Ho farás molt bé. Gaudeix del partit. T’ho mereixes, i ho saps. Vinga.

     Al acabar un periodista le preguntó a quién había dedicado su primer gol en el Barça cuando levantó los brazos al cielo, cuando señaló con su dedo hacia arriba, y Jordi no dudó:
-Se lo he dedicado a mi madre, a quien apenas pude conocer, y a  un ángel, que desde  allí arriba me vigila, un ángel que movió los hilos para que yo estuviera aquí.

     El periodista no sabía de quién hablaba y Jordi tampoco quería dar demasiadas explicaciones, quería volver a casa y no le apetecía que lo vieran llorando en su debut.

     En el estadi,  su padre también lloraba, y una mujer a su lado le agarraba de la mano.
 
     A su izquierda Àngel y Mercè, su novia, se abrazaban sonrientes.

     Lo esperarían a la salida. Había que celebrar el debut con el primer equipo, 
cenarían los 5 en un pequeño restaurante de l’Eixample.

     Y al llegar a casa querían volver, un año más, a montar el Belén como en el pueblo.

     Y no se les podía olvidar escribir las cartas.  Ya era casi Navidad.


9 de noviembre de 2015

UN BUEN COLCHON PARA EL DERBI


     El F.C.Barcelona se deshizo ayer del Villarreal en un partido muy completo de los azulgranas, en el que superaron a los castellonenses con más apuros de los que indica el marcador final, y al aprovechar la derrota del eterno rival en Sevilla(que para estos partidos sigue teniendo un color especial) se queda solo en cabeza con 3 puntos de ventaja sobre los blancos en vísperas(unas vísperas que a algunos se les pueden hacer eternas porque hay parón de selecciones) del partido del año, del partido más importante de la primera vuelta, entre los dos mejores equipos de nuestra liga.

     Si por un lado los nuestros van manejando los obstáculos legales(denuncias, Hacienda, jueces, comités de Uefa, sanciones de FIFA) con victorias y los rivales dan tumbos en cada partido aunque la mayoría los han ido salvando con las paradas de Keylor y alguna pizca de suerte(Granada, PSG, Celta, Atleti) y apelando a la estadística, ayer esa diferencia se plasmó en imágenes casi consecutivas para cualquier espectador imparcial.

     En el Camp Nou vimos un partido intenso, con un Barça activo, que luchaba por cada balón, que presionaba hasta el minuto 93 a pesar del amplio resultado y que se decidió con 3 goles, el primero de Neymar en una jugada de tiralíneas, el segundo transformando Suárez(otro detalle de la generosidad compartida en la delantera) y el tercero en una jugada que dificilmente se puede ver en un estadio desde aquellas de Romario o Ronaldinho más propia de dibujos animados o de un experto en la Play.

     Y en el Sánchez Pizjuan, ausente Keylor, el Real Madrid fue un quiero y no puedo, con la excepción de alguno que ni quería ni podía, con una sensación de pasotismo, de ausencia, de desinterés, como si no fuera con ellos. Contagiados por un Cristiano ausente, con la cabeza en todas partes menos en el campo, que se arrastra y hace que los demás tengan que multiplicarse pero se limiten a trotar. El Sevilla fue superior y tuvo coraje, el Madrid contemplaba el rondo rival sin preocuparse del 3-1 en contra.

     Ni siquiera esa prensa de bufanda blanca ha sido capaz de alargar el tema de Halloween, superados por una imputación de Benzemá, a la que muchos han salido ya a defender, con más fuerza que el propio abogado del futbolista, casi los mismos que censuraban a Piqué y justificaban sus insultos o pedían cárcel para Messi por los errores de su declaración a Hacienda, aunque no descarto que esta semana se hable de política más que de fútbol.

     Ya salen las críticas, que aderezan con los halagos al fútbol de un Barça que a pesar de la baja del número uno, a pesar de no poder contar en mes y pico con Leo Messi, ha contado por victorias sus actuaciones desde el partido de Sevilla, en el primer partido sin el argentino.

     Neymar y Suárez se han puesto los galones y se han repartido los goles, los penaltis, las asistencias y el protagonismo partido a partido, con las apariciones estelares de Rakitic, de Busquets, de Iniesta y la lucha del resto, que por algo son un equipo.

     Ahora hay dos semanas de tranquilidad aquí y tal vez de dudas al otro lado del puente aéreo, ahora disfrutamos de calma aquí y disfrutaremos viendo al otro entorno asustados por el partido del 21, y sabiendo que de Madrid volveremos con 3 ó 6 puntos si no se pierde, o empatados en el peor de los casos.

     Esta semana voy a ver muchos programas madridistas. Y puede que algùn blog.