26 de mayo de 2019

TXINGURRI VETE YA





   


El Barça salió al campo sin espíritu, sin alma, porque  a ésta la dejaron caminando absolutamente sola por Anfield.

     Valverde sacó el equipo que pensaba que sería el ideal, el que le salió en esa libreta que es como una hoja en blanco, y volvió a equivocarse.


     Para el Valencia era la ocasión de ganar una copa 20 años después, el Barça no pensaba ni celebrarla si ganaba.

     El Valencia iba a la cita como el enamorado que tiene la ocasión de conquistar a la mujer de su vida,  nervioso por la esperanza de un sí, ilusionado porque  lo habia soñado muchas veces.

     El Barça acudía a una cita a ciegas sin importarle en exceso el resultado   y pensando en otra mujer, la que verdaderamente le gustaba, la que le rechazó hace una semana y a la que no ha podido olvidar.

      Y mientras se iban colocando le marcaron dos goles y casi tres porque Piqué sacó uno sobre la raya de gol cuando ya entraba.

      Anoche, al menos, vimos una segunda parte de lucha, de esfuerzo, de dejarse la piel hasta el último minuto, cosa que en Anfield echamos de menos pero a pesar del gol de Messi, ¿quien si no?, todo acabó remando y remando pero en una barca a la deriva  y el Valencia fue justo campeón.

     Huele a fin de ciclo, huele a que ya no se puede más, que el equipo está exprimido, y que se entrena poco y mal, incluso se llegaria a pensar que el estilo, ese mantra repetido y nunca respetado verdaderamente, no es mas que la excusa para trabajar muy poco.

     Y hoy, mas que nunca, sería importante que se marchara Valverde, que se les agradeciera a muchos jugadores "todo lo que nos han dado", y se buscara hacer un equipo nuevo, con un entrenador nuevo, y probablemente con un estilo adaptado a los tiempos que corren.

     Si el entrenador y los jugadores son capaces de hacernos disfrutar como aquel "dream team" será maravilloso, pero si realmente no tenemos los mimbres, habrá que hacer un cesto diferente.

      Pero en Anfield, y esta noche en Sevilla hemos visto que Messi está demasiado solo, que la columna vertebral tiene 30 años, y que el equipo nos vale para ir por casa mientras el Real Madrid no compita, mientras los blancos hagan como nosotros y ni corran ni luchen, pero si tienes delante a un equipo con cara y ojos, ya no damos la talla.

     Y es imprescindible cambiar muchas cosas.

     Pero la primera es de entrenador.

     Txingurri, gracias por todo, pero vete ya.