25 de mayo de 2014

LA VIDA ES ETERNA EN CINCO MINUTOS


     Estaba acabando el partido, se acercaba el minuto 90 y el Atlético de Madrid tenía la victoria a su alcance. Había sido capaz de contener a su rival desde que Casillas falló y se adelantaron en el marcador.

     La afición ya celebraba el doblete, ya celebraba la primera Champions. Sólo faltaba el descuento y el cuarto árbitro se disponía a sacar el luminoso.

     Se esperaba un descuento de 3 aunque los aficionados del Atleti soñaban con que fueran solamente 2.

     Perfectamente el árbitro pudo contentarse con 3 minutos, dado que no se habían producido demasiados momentos de demora, más allá de los normales de un partido tenso y complicado.

     Y de haber sacado el número 3, unos segundos de un balón perdido, y el corner no hubiera llegado. Incluso puede que, en ese caso, el árbitro hubiera visto la falta a Villa antes del córner y hubiera llegado el final.

     Ahora la afición rojiblanca estaría eufórica, Simeone estaría siendo aclamado por todos y a Casillas lo estarían crucificando esos aficionados que todavía sangran por la herida de Mou, que no consideran a Iker como "uno de los suyos".

     Esta mañana en AS y Marca estarían diciendo que Ancelloti no había sabido preparar el partido, que Cristiano no había aparecido en ningún momento, y que para este viaje no necesitaban tantas alforjas.

     Pero el árbitro decidió que en 3 minutos podría no darles tiempo y pensó que era mejor dar 5, por si acaso.

     Y del resto no vale la pena hablar en exceso. Llegó Ramos una vez más para salvar los muebles, y en la prórroga, los rojiblancos no tenían gasolina. Con los cambios hechos, con varios lesionados y unos cuantos que renqueaban, sujetos por el corazón que daba fuerza a esas piernas que dolían, intentaron capear el temporal.

     Aguantaron dos tercios más, pero en los 10 últimos minutos llegaron los goles, de Bale y Marcelo, que hacían llorar a esos cientos de miles de rojiblancos que ayer llegaron a creer que de verdad la vida les debía una Champions y que la iban a cobrar 40 años más tarde, y que se fueron, llorando porque ahora les deben dos, y casi nadie cree que la vida piense en pagar la deuda.

     En el último minuto, para ganarse la guinda del pastel, como el perrito que mueve la cola solicitándole al amo una carantoña, el árbitro se sumó a la fiesta dándoles a los blancos un penalti intrascendente y perfectamente evitable, salvo para que Cristiano, de nuevo, nos deleitara con una exhibición de su chulería y tras marcar(sin penaltis no estaria ni luchando por la bota de goma) se levantara la camiseta para mostrarnos sus bíceps y sus abdominales, y para salir en la foto en un partido en el que se supo de su presencia en el minuto 120.

     La vida es eterna en cinco minutos, cantaba Victor Jara, y cantábamos en mi adolescencia, cuando aún creíamos que con la democracia iban a dejar de robar los que mandan, cuando nos creíamos que la Justicia iba a ser igual para todos, y cuando soñábamos en un mundo maravilloso en el que determinadas banderas y nombres desaparecerían de nuestro entorno cercano y de nuestras calles.

     Cuando cantábamos "son cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos....... suena la sirena,...muchos no volvieron, tampoco Manuel" éramos unos ingenuos, unos chavales con ilusión.

     Hoy aquellos que cantábamos somos mayores, tanto que algunos hemos llegado a ver ganar 5 copas de Europa al Real Madrid contando la de ayer, y hemos oído hablar de las otras 5 en  el NO-DO, y los que  no somos madridistas, sentimos el dolor de ver que, al contrario que en las películas, no siempre ganan los buenos, que la vida no es justa y que si hay algo más injusto que la vida, es el deporte.

     Ayer, si cabe, aún se hizo más real la estrofa de Sabina, el "qué manera de palmar" y lo que es peor, "qué manera de subir y bajar de las nubes", porque ayer el Atleti estaba ya disfrutando de la gloria y alguien decidió darle una nueva oportunidad al rival aprovechando que las fuerzas escaseaban.


    Ayer descubrimos que es muy raro que David le gane a Goliath salvo en los cuentos, es muy difícil que San Jorge volviera a matar al dragón, o que alguna vez un pobre le gane un pleito a un rico.

     Y si alguna vez parece que va a pasar, alguien les da 5 minutos eternos para que todo vuelva a su cauce.

   

 

19 de mayo de 2014

LA CULTURA DEL ESFUERZO


     Decia Simeone ayer que "sin esfuerzo no hubiéramos ganado nada" y que "cuando uno cree en el trabajo, las victorias llegan, el trabajo es el artífice de este triunfo"

     Esfuerzo, trabajo, compromiso. Son palabras que, últimamente, a los barcelonistas nos dan envidia. Nos hemos acostumbrado a que nos vendieran otras: ADN, estilo y eso tan conocido de "que corra el balón".

     Y en la recámara Luis Enrique, un hombre que como Simeone, y también como Guardiola, prioriza el esfuerzo, prioriza el trabajo, vigila atentamente el más leve signo de dejadez para actuar, y sobe todo, es fiel a esa cultura del esfuerzo, de los méritos, la cultura en la que Simeone dice haberse criado.

     El miedo es si le dejarán o acabará como Camacho en el Real Madrid. La preocupación es si cuando planifiquen la pretemporada los dirigentes le propondrán una gira de 6 días por Qatar en Agosto a 49º y luego una semana de bolos en un país al otro lado del mundo, en resumen si priorizarán el trabajo o el dinero, los bolos o la preparación.

     El otro motivo de preocupación radica en la misma plantilla y en Zubizarreta. Porque Luis Enrique, si al final viene, será para imponer sus ideas, para obligar a la gente a correr, para volver a creer en aquella presión que recuperaba la pelota en unos segundos, en aquellos dos contra uno que obligaban al rival a pensar rápido, y con ello a perder el control en muchas ocasiones.

     Y se avecina una pequeña revolución, hay que hacer en un mes lo que no se hizo en 3 años de inacción, hay que sustituir a Valdés, a Puyol, probablemente a Alves, a Mascherano, hay que tomar decisiones en el centro del campo, hay que tomar decisiones, alguna puede que inesperada, en la delantera.

     Van a venir 6-7 jugadores y alguna cesión, y Lucho sabrá que el Barça B tiene una función, que es sacar canteranos válidos para el primer equipo, y hay que ser valientes para confiar en ellos.

     Imaginarme a Luis Enrique gritando y a alguna vaca sagrada trotando por la hierba más preocupada del siguiente acto promocional que de luchar por ser titular(a lo que se han acostumbrado durante estas temporadas) suena atractivo aunque peligroso.

     La conocida incapacidad de Zubi para los fichajes, la torpeza de esta directiva en las declaraciones, y la obligación de mantener un estilo tan  innegociable para algunos como caduco para otros, un estilo que ha acabado convirtiéndose en una excusa para no correr, una excusa para no defender, una justificación para que el trabajo fuera el mínimo y que algunos pudieran mantener su estatus privilegiado sin tener que ganárselo.

     Luis Enrique, que es antipático, no gasta bromas y cree en el esfuerzo es, o puede ser, el entrenador ideal, pero me temo que va a ser complicado que le dejen trabajar.

     Me temo que la prensa, en su afán por llegar antes a las exclusivas, va a cuestionar muchas de sus decisiones, y que nosotros mismos, en nuestros modestísimos altavoces, los socios en el campo (los que van, que esa es otra) y en las redes sociales vamos a poner el grito en el cielo cuando veamos que juegan los que se lo ganan entrenando, y no entendamos que algunos tengan que verlo por la tele(si no han sido traspasados antes)

   Me temo que no va a ser nada fácil conjugar a Luis Enrique con una plantilla acomodada, que ha perdido la inercia de trabajar, que ha perdido la costumbre de luchar por ganarse un sitio.

     Y me preocupa que sea el causante de todo el que vaya a dirigir la política de fichajes.

     Para eso ya tuvimos durante años a la portera de Nuñez



 
 
   

   
   
   

15 de mayo de 2014

QUE TINGUIS SORT


     El sábado, ojalá que levantando su última liga, se nos irá Carles Puyol, el gran capitán. Atrás, casi en el fondo de los tiempos, aparece aquel partido de Octubre del 99 ante el Valladolid, aquella casi cesión al Málaga porque algún iluminado no confiaba en él, y la casualidad que hizo que a Van Gaal le hiciera falta gente para entrenar y que la garra del ahora capitán le convenciera de que podía ser una apuesta ganadora.

     Desgraciadamente, su padre, que se le fue al bueno de Carles hace algo más de 7 años, no podrá estar para darle un abrazo hoy en su despedida ni el sábado cuando, esperamos, salte al terreno de juego a recibir el aplauso final, para, con o sin trofeo, recibir el cariño de su afición. Es fácil que Carles mire al cielo para compartir con quien tanto le dio, el momento especial de su retirada.

     Atrás quedarán 6 ligas(o 7), 2 copas del Rey, 6 supercopas de España,  3 champions, 2 supercopas de Europa, 2 Mundialitos y a nivel de selección, 1 Eurocopa y un Mundial y docenas de trofeos individuales.

     En nuestra retina siempre estarán aquellos goles de casta, aquel gol al rival de siempre en el Bernabeu en esa falta sacada magistralmente por Xavi, el golazo con España en semifinales ante Alemania que nos permitió llegar a la final.

  Su melena, tan peculiar. Su estilo especial para correr que le permitia llegar siempre una décima antes que el delantero(de eso nuestro Judas particular sabe mucho), sin recurrir a la violencia, con la elegancia de un delantero y la fuerza de un defensa.

     Las lesiones, las visitas al quirófano, el desgaste de los 36 años, una veintena de ellos siendo profesional, sus casi 600 partidos con el Barça, las 100 internacionalidades con España le obligan a decir adiós, le obligan a renunciar a dos años de contrato, tal vez para dejarlo del todo, o quizás para ir a enseñar a alguno de esos países que necesitan ídolos para seguir creciendo.

     Lo echaremos de menos. Será difícil encontrar a alguien con un corazón tan grande y tan culé, será casi imposible encontrar a un tipo que sea capaz de jugarse, sin pensarlo, su carrera en un remate de cabeza, que ponga firmes a sus compañeros cuando frivolizan con un rival o cuando ensayan un baile improcedente, o que coja del cuello en el vestuario a alguien que se ha saltado las reglas no escritas, los códigos internos.

     Puyol es el sentido común, el "seny", la garra, la furia, la clase, la inteligencia, el saber estar. Su marcha dejará un hueco imposible de llenar, venga quien venga, perderá las comparaciones.

     El sábado, unos en el campo, los más en nuestros sofás, rendiremos el último homenaje a nuestro capitán, y alguno dejará caer alguna lágrima en su abrazo.



     Que tinguis sort, i que trobis tot el que et va mancar, ahir.


   

   

12 de mayo de 2014

DESPERDICIARON LA OPORTUNIDAD. CABALLERO LES DA OTRA


     Tras el partido ante el Getafe, Martino dijo que no se merecía otra oportunidad, y sus jugadores dieron la liga por perdida. Ya sólo aspirábamos a que el Atleti ganara para que, al menos, no se la llevara nuestro gran rival.

     Tres días después era el Real Madrid el que echaba por la borda la mitad de sus opciones pinchando ante un Valladolid que le superó en ganas e ilusión, y, casi sin querer, el Barça tenía en su mano todas las opciones, volvía a depender de sus propios resultados, y nos hizo concebir esperanzas de que, ayer en Elche íbamos a ver al equipo de las grandes ocasiones.

     Pero no. Vimos a los de siempre, sin demasiado esfuerzo, haciendo lo justo y esperando que el gol cayera como cae la fruta madura, sin esforzarse por recogerla. Asustados, preocupados por si encajaban un gol, conscientes de que el Atleti tampoco podía con el Málaga, se jugaron a la ruleta rusa sus opciones.

     El conjunto blanco, de ridículo en ridículo, renunció a las suyas (que vistos los resultados posteriores, las tenía) en Vigo con goles de Charles y asistencias de Ramos y Xabi Alonso.

     Y el Atleti, que fue el único de los tres que quiso, el único que luchó hasta el minuto 95, tras un susto en forma de error de Courtois, empató y estuvo a un tris de llevarse la victoria, lo que hubiera sido merecido, mientras los nuestros seguían al tran tran en Elche.

     En el último minuto, cuando en Elche ya se retiraban a los vestuarios, Adrián tuvo el gol definitivo, el que les hubiera dado la liga, el que lo habría convertido en el héroe rojiblanco, y cuando ya se ensayaba el grito de GOL, Caballero sacó una mano prodigiosa que nos dio una semana más de vida, una semana de esperanza, tal vez inmerecida, pero real.

     De nuevo estamos ante una final, y en nuestro campo. No nos vale ningún resultado que no sea la victoria, pero nos vale cualquier triunfo, jugando bien o mal, con suerte o sin ella, con errores o rozando la perfección.


     El destino, disfrazado de portero del Málaga(¿qué esperamos para ficharlo?) nos ha dado un premio que ni esperábamos, y que, a algunos, parecía sobrarles.

     Estamos en el mejor escenario posible. Jugamos en casa, ante un pedazo de equipo pero que empezará a sentir el miedo a quedarse sin nada, y ante nuestro público, que ha recuperado, casi sin creerselo, ,la ilusión por volver a ser campeones, la ilusión por despedir a Puyol con la copa en alto.

     Falta ver si son capaces de olvidarse de las vacaciones y de volver a entrenar, a luchar, a correr, porque la liga nos ha dado muchas oportunidades, algunas tal vez inmerecidas.

     Y ésta, para muchos será la última, entrenador incluído



   

8 de mayo de 2014

UNA JORNADA A LA ANTIGUA


     El domingo nos espera una jornada a la antigua, una jornada de las que tienen el aroma de aquellos carruseles de nuestra infancia cuando nos sobresaltaban los gritos del gol en algún campo, a veces coincidentes en varios partidos.

     Los empates increíbles de Barça ante Getafe(defender ese gol pudo habernos hecho campeones casi sin querer), y Real Madrid en casa ante el Valencia y ayer en Valladolid, unido a la derrota del Atleti en el terreno del Levante, han dejado dos jornadas de horarios unificados en los que el título y el descenso siguen abiertos.

     Los tres de arriba encaran esta fase definitiva con diferentes estados de ánimo. Los líderes, a pesar del trabajo extraordinario de Simeone, han de sentir cierto miedo escénico. Un equipo que no ha ganado una liga desde hace años , y que esta temporada ha estado para matrícula de honor, merece no irse con las manos vacías, y para ello ha de cumplir con su parte, que es vencer al Málaga en el Calderón.

     Aparentemente una victoria fácil, pero cuando tienes tan cerca el triunfo, el miedo puede jugarte malas pasadas.

     Por su parte, el Real Madrid ha especulado demasiado. Su victoria en Munich les hizo pensar que todo estaba hecho, que volvía el gran Madrid del imaginario blanco. Pero sus dos empates, uno agónico en casa y el otro por decisiones absurdas de su banquillo lo alejan del título salvo nuevas hecatombes(no descartables) de los de arriba.

     Y el Barça, que tras tenerlo fácil lo fue complicando con decisiones extrañas del tata Martino, con deserciones de algunos pesos pesados, y tras la semana trágica en la que se perdieron tres competiciones en quince días, se encuentra de nuevo con la opción de depender de sí mismo para ser campeón de liga.

     Tal vez ese sea el peligro. El Barça, muchos de sus jugadores, ya dieron por perdida la liga tras el empate ante el Getafe. Yo, incluso me atrevería a decir, que hacía semanas que no creían en la liga, y que se limitaban a deambular de partido en partido, sin defender, sin correr lo suficiente. Más que jugarse la piel, algunos se la cuidaban con Nivea esperando a que llegaran tiempos mejores.

     Ahora el destino, disfrazado de delantero del Valladolid, les da una segunda oportunidad, les permite(nos permite tal vez) recuperar la ilusión de ser campeones, aunque los precedentes nos impiden ilusionarnos en exceso.
     En Elche, un Elche que se juega la vida en ese partido(aunque yo los veo salvados incluso perdiendo) han de recuperar sensaciones y ganar para seguir teniendo opciones de llegar vivos a la jornada final. Pero
me temo que nos pilla con los brazos bajados y relajados en exceso, pensando en quien se queda y quien se va, y si miras al futuro se te escapa el presente sin darte cuenta.

     Si el Barça gana y el Atleti también(aunque a los rojiblancos les serviría también el empate en este caso) el partido del estadi sería como una final en la que el empate les diera el título a los de Simeone pero la victoria pudiera convertir la peor temporada de la historia reciente en un éxito inesperado.

 

   
     El problema es si los nuestros tienen ganas de volver a pensar en el trabajo


   

4 de mayo de 2014

LA VIDA DE LOS OTROS



     Esta tarde, el Atleti pinchó en el que parecía el partido más fácil que les quedaba a los rojiblancos. El partido a partido, final a final, les ha hecho llegar a la final de hoy sin fuerzas, y cuando tienes poca fuerza y te metes un gol solo, te anulan dos jugadas que iban camino de gol por "errores" arbitrales y lanzas un tiro al poste, es que vas a perder.

     Ayer, los nuestros, no estaban cansados, pero jugaron una vez más como si ya no tuvieran fuerzas o las reservaran para el verano.

     Lo único hermoso fue la despedida a Tito, el "trobarem a faltar el teu somriure", las ganas de llorar de nuevo por alguien que se nos fue.

     A partir de ese momento, de nuevo la monotonía del tiki taka sin presión, de nuevo la triste imitación de aquello que Guardiola consiguió con un equipo casi perfecto en un momento perfecto y en un entorno de paz que no sé si volveremos a tener en los próximos años.

     Nos marcaron un gol que el linier anuló por falta, pero que Teixeira concedió desautorizando a su compañero, él sabrá por qué o por quién, como se diga.

     Y cuando ya pasaban casi 3 minutos del 90, llegaron al ataque con todo el corazón mientras los nuestros tenían el suyo pensando en otras cosas, y casi nadie bajó a defender la última jugada pasando de la hora.

     Un espectáculo triste, bochornoso, de unos jugadores que no se han ganado este año el respeto ni el cariño de los aficionados, y que quieren seguir viviendo de las rentas de lo que nos dieron.

     Ya no podemos ni ilusionarnos con lo que los nuestros hagan, al margen de que
los rivales pinchen, porque nosotros pinchamos por nuestra cuenta y con la única diferencia de que ellos juegan al límite con el acelerador al máximo y pierden a veces, pero nosotros salimos con el freno de mano puesto y sin ganas de correr, que como decía Charli, es de cobardes.

     No podemos vivir este año nuestra vida, y solo nos queda agarrarnos como a un clavo ardiendo a la vida de un rival, que al ser amigo nos parece menos rival que el otro, y vivimos su liga y su champions, vemos sus partidos con la esperanza de que sean capaces de ganarle al Málaga, y tristemente, no nos queda otra que en el partido de la última jornada, cuando nosotros no nos juguemos nada, sentarnos en el bar, en el estadio o en casa  con una camiseta rojiblanca, comprada virtualmente y solo con carácter temporal, para que nuestro gran rival no logre el triplete.

     Por mucho que sea triste ver en qué se ha convertido aquel equipo que era la envidia del mundo, que era la admiración en casi todas partes(cavernas no incluidas ni periodistas de sobre a fin de mes), no nos queda otra que desear el mal menor, y por primera vez en mi vida, animaré al rival.

     Aunque los nuestros son capaces de, ese dia, correr como si fueran el Levante.