10 de marzo de 2019

LA SEMANA FANTASTICA





   
     El Real Madrid perdió en escasas horas Copa, Liga y Champions, y los barcelonistas disfrutamos en ese mismo tiempo de los 8 dias de Oro y de la Semana Fantástica , a escasos días de que ya sea primavera en el Corte Inglés.

La semana que para ellos fue trágica, para nosotros fue inolvidable. Es lo que tienen las tristezas que viajan en el puente aéreo, aunque ellos las disimulaban ganando de aquella manera trofeos en Europa, costaran lo que costaran.


Han sido tres fracasos grotescos, porque ciertamente  las derrotas ante el Barça podían esperarse, pero que unos jugadores imberbes y con caras de niño les mojaran la oreja en el mismísimo Bernabeu ha caído como  una bomba en Concha Espina, hasta el punto de que se plantean repescar a Mourinho, no sabemos si debido a que nadie en su sano juicio se atreve a ir a un club en el que el presidente te sugiere las alineaciones en función de un ranking de camisetas vendidas, o porque realmente ven en el portugués al único capaz de levantar a esta plantilla que necesita una limpieza de criada antigua, con más salfumán que detergente, y al frente mas que a una canguro necesitan a la señorita Rottenmeier.

La cuestión es que, sin perder la sonrisa, y tras la victoria de ayer ante el Rayo  la liga se va acercando paso a paso,  en la Champions nos espera el Lyon  y sería buena una gran dosis de  concentración para que, eliminado el rival más peligroso(al menos el que  lo era antes del VAR) no nos entre un ataque de confianza que nos lleve a recibir a la crisis en el Prat la semana que viene.

Y dejamos para el final la actuación maravillosa de Frenkie De Jong que ha demostrado que los 80 kilos pagados son casi un regalo , y la de De Ligt  al que, si somos inteligentes, no podemos dejar escapar.

Pensar en De Jong, Riki, Aleñá, Arthur y De Ligt y con Xavi en el banquillo es hacerle un monumento a la ilusión y al pasado cercano,  del que no pensamos renegar, aunque ahora aceptemos otro estilo mientras llegan.

Pero de momento, pensemos en  los franceses