17 de agosto de 2019

VALVERDE NO ES GEORGE CLOONEY




Las comparaciones son odiosas en sí mismas. 

Cuando nos comparan por elevación con alguien que nos supera en algo, o en todo como en este caso, no solo alaban al otro, sino que nos humillan de forma indirecta.


Aquellos días de la infancia cuando tras sacar un 9 en Lengua nos decían: muy bien, aunque Armando ha sacado un 10, nos arrebataban de cuajo  la sonrisa y la tornaban en frustración.


Pero en el caso de Valverde, la comparación la hace él mismo, y es él quien habría de responder si le afectara.

El George Clooney al que se refiere es aquel equipo de Guardiola, el del 2-6 en el Bernabeu, el del sextete, el mejor de Europa durante aquel tiempo, y evidentemente, ni Valverde ni nadie puede someterse a la comparativa sin perder, de forma abrumadora.

El problema de Valverde es que nadie le compara con George Clooney, ni le pide que venda las cafeteras de Nespresso, su problema es que lo estamos comparando con el feo de las películas, con el gordo de una serie de risa, y aún así no pasa del empate

Porque Valverde no puede ser George Clooney, es decir Guardiola, porque no tiene ni su capacidad ni a aquellos jugadores, el problema de Valverde es que es como el hermano tonto del rey Midas, que todo lo que tocaba lo convertía en quincalla,y da la sensación de que aunque heredara  la cueva de Ali Babá, acabaría vendiendo las joyas  en el mercadillo de Sant Antoni.


Valverde ha destrozado a Coutinho, no sabe qué hacer con Griezzman, y acaba de meter a De Jong en una encrucijada poniéndole a su lado dos escuderos adelantados que ni lo entienden ni son capaces de devolverle una pelota en condiciones.


Valverde es la tristeza vestida con chándal, es el aburrimiento hecho entrenador, es la incapacidad en un banquillo y sus decisiones sobre la marcha empeoran las hechas anteriormente tras un profundo estudio.





Valverde no es Clooney, y lo que es peor, empieza a parecerse a Mr. Bean, aunque como a éste, a veces, sin querer, acabe siendo un héroe gracias a que otro le salva la papeleta

22 de junio de 2019

LAS CUENTAS Y LOS CUENTOS

    EDITORIAL de ayer de El 10 del Barça




 El fichaje del japonés Take Kubo por el Real Madrid por un millón de euros  es una foto perfecta de lo que es nuestro club últimamente. 
   
Un jugador de nuestra cantera  titular en la selección japonesa  acaba en el máximo rival por un millón de euros anuales, la mitad de lo que costaron Boateng o Murillo por 6 meses de vacaciones.


     Mientras tanto la prensa se hace eco de los rumores  que situan a Neymar de vuelta en el Campo Nou y la afición se plantea si podremos perdonarle su espantada, pero cuando te dicen que el precio son 300 millones y que daremos a Dembelé y a Rakitic y añadiremos 100 kilos empezamos a pensar que alguien se ha vuelto loco del todo.

      O incluso que ficharemos a Griezzman  para darlo a cuenta del brasileño manteniendo esos  100 millones de añadido. Y es que  como aquel barquito de papel que nos cantaba Serrat, parece que vayamos “sin rumbo sin patrón y sin bandera navegando sin timón donde la corriente quiera” y cualquier cosa, cualquier noticia por absurda que parezca puede ser cierta.


     Mientras tanto, lo importante para la directiva parece cuadrar los números aunque sea de forma un tanto artificial,  vender antes de acabar la temporada y comprar a partir de Julio, y la última idea(que ha de ser verdad porque eso no se lo inventan dos diarios a la vez) es valorar a Cillesen y a Neto en 30 millones para aparentar que con la venta  de uno ganamos dinero y que la compra  del otro ya la iremos pagando.

     Como en aquel cuento en el que un señor que en plena campaña de ahorro le dice al compañero de trabajo: me he venido corriendo detrás del bus y me he ahorrado un euro y medio, y el otro le dice: yo siempre me vengo corriendo detrás de un taxi y asi me ahorro diez.

    Contabilidad creativa

26 de mayo de 2019

TXINGURRI VETE YA





   


El Barça salió al campo sin espíritu, sin alma, porque  a ésta la dejaron caminando absolutamente sola por Anfield.

     Valverde sacó el equipo que pensaba que sería el ideal, el que le salió en esa libreta que es como una hoja en blanco, y volvió a equivocarse.


     Para el Valencia era la ocasión de ganar una copa 20 años después, el Barça no pensaba ni celebrarla si ganaba.

     El Valencia iba a la cita como el enamorado que tiene la ocasión de conquistar a la mujer de su vida,  nervioso por la esperanza de un sí, ilusionado porque  lo habia soñado muchas veces.

     El Barça acudía a una cita a ciegas sin importarle en exceso el resultado   y pensando en otra mujer, la que verdaderamente le gustaba, la que le rechazó hace una semana y a la que no ha podido olvidar.

      Y mientras se iban colocando le marcaron dos goles y casi tres porque Piqué sacó uno sobre la raya de gol cuando ya entraba.

      Anoche, al menos, vimos una segunda parte de lucha, de esfuerzo, de dejarse la piel hasta el último minuto, cosa que en Anfield echamos de menos pero a pesar del gol de Messi, ¿quien si no?, todo acabó remando y remando pero en una barca a la deriva  y el Valencia fue justo campeón.

     Huele a fin de ciclo, huele a que ya no se puede más, que el equipo está exprimido, y que se entrena poco y mal, incluso se llegaria a pensar que el estilo, ese mantra repetido y nunca respetado verdaderamente, no es mas que la excusa para trabajar muy poco.

     Y hoy, mas que nunca, sería importante que se marchara Valverde, que se les agradeciera a muchos jugadores "todo lo que nos han dado", y se buscara hacer un equipo nuevo, con un entrenador nuevo, y probablemente con un estilo adaptado a los tiempos que corren.

     Si el entrenador y los jugadores son capaces de hacernos disfrutar como aquel "dream team" será maravilloso, pero si realmente no tenemos los mimbres, habrá que hacer un cesto diferente.

      Pero en Anfield, y esta noche en Sevilla hemos visto que Messi está demasiado solo, que la columna vertebral tiene 30 años, y que el equipo nos vale para ir por casa mientras el Real Madrid no compita, mientras los blancos hagan como nosotros y ni corran ni luchen, pero si tienes delante a un equipo con cara y ojos, ya no damos la talla.

     Y es imprescindible cambiar muchas cosas.

     Pero la primera es de entrenador.

     Txingurri, gracias por todo, pero vete ya.

   

30 de abril de 2019

LO EXTRAORDINARIO ES QUE PAREZCA NORMAL



     Cuando los años se te acumulan, dicen que te haces más sabio, o al menos que las cosas las ves de forma diferente.

     El fin de semana el Barça venció al Levante, se hizo con una nueva liga, la octava de las 11 ultimas, y despertó en determinados miembros de la caverna ese odio que llevan en su ADN y que son incapaces de, siquiera, disimular.

     Pero fue en ese momento cuando me puse a recordar, a sonreír viendo a este Antonio joven, con casi 20 años y habiendo celebrado solo una liga en mi vida, y veo al del 84, aproximándome a la treintena celebrando la segunda de mi historia.

     Y me fijo en mis hijos, que rondan los 30 años , y que han disfrutado de 16, y siento esa sana envidia de los culés que han nacido a finales de siglo y que consideran que ganar la liga es algo normal, y que no ganarla es un fracaso estrepitoso.

     Y me siento muy feliz de haber sido participe de esta maravillosa época barcelonista, de disfrutar de Messi y de esa plantilla que es la envidia del universo futbolístico, en especial de esos junta letras que cobran como periodistas, algunos de los cuales  tienen menos luces que un barco de contrabandistas y que siguen, a estas alturas, hablándonos de sus ligas, de las que ellos ¿ganaron? cuando la libertad era un sueño, y cuando los árbitros alargaban 12 minutos un partido si el Real Madrid lo necesitaba, o señalaban un penalti fuera del área para agradar al poder establecido.

     El Barça es ahora el equipo a seguir, el equipo al que todos admiran, el equipo que te hace disfrutar con su juego, a pesar de que el parque temático llamado TikiTaka ha sido demolido y ahora hay otro tipo de atracciones, algunas más aburridas pero que llevan al objetivo final.

     Esta semana, tras confirmarse matemáticamente el éxito, insisto, la octava liga de las últimas 11, me he sentido orgulloso, y la trayectoria del equipo en Champions,( mañana se juega la ida de las semifinales), hace que seamos optimistas, sabiendo que los arbitrajes son mas justos y que por mucho que los periodistas del régimen soplen y soplen para echar abajo la casita del VAR, ésta es de piedra y no vamos a permitir que caiga para que vuelvan los errores de siempre favoreciendo al mismo..

      Y como decía, mañana todo puede caerse porque de perder ante el Liverpool, la liga, e incluso el doblete nos va a parecer poco, porque los culés, sobre todo los jóvenes, tienen una percepción de que hay que ganarlo todo o que de perder algo es un fracaso.

      Y yo, disfruto feliz, porque aun recuerdo  aquella liga de Venables.

      Y no quiero que vuelvan aquellos tiempos.

       PD: las chicas están en la final de la champions femenina, y eso dará para otro artículo en breve