VOLVER A DONDE FUIMOS FELICES

      Se veía venir. En ocasiones cerrábamos los ojos para no verlo, nos tapábamos la cabeza con la sábana, como cuando éramos niños, y parecía que el problema no existía, y nos retroalimentábamos con la clasificación y el liderato.

    Pero sabíamos que llegaría. Un gol al contragolpe, tras una perdida en medio campo(y van....), una carrera, una defensa adelantada y casi siempre descolocada, y un gol que nos tumbó en la lona.  Y como frente al Ajax, tuvimos media hora por delante para empatar y fuimos incapaces.

     Toca semana trágica, toca buscar culpables. Y Rosell, para muchos, aparece encabezando el ranking en el apartado correspondiente a la confección de la plantilla. Una plantilla avejentada, con pocos recursos, y fiándolo todo al mejor jugador del mundo y a unos jugadores de medio campo que no son lo que eran, aunque uno, modestamente opina que siguen teniendo mucho que decir.

     Hay quien piensa que el Tata Martino se ha limitado a administrar una plantilla heredada, y que, de tanto intentar cambiar cosas, ni los jugadores saben a qué juegan, si al tiki taka de siempre(tuya, mía, tuya, suya, mía, tuya, y vuelta a empezar) o si  lo suyo es una apuesta por mejorar el juego, si quiere adaptarse a un estilo diferente o si esa renuncia al estilo es una evolución o una herejía.

     Se hizo un equipo basado en el ayer, como si el futuro no existiese, alargando como un chicle un estilo como un dogma de fe inquebrantable y al que no se le pueden hacer cambios para evitar la lapidación pública en el periódico o la emisora mas cercana, un estilo que fue maravilloso y que nos dio los mejores años de nuestra vida, pero que amenaza con no volver porque ni este Xavi va a poder competir con aquel de 2010(sobre todo si ha de jugar 80 partidos por temporada) ni aquellos mimbres(Yaya Toure y Etoo incluidos) están a nuestra disposición.

     Y por encima de todo, porque la apuesta de todo al 10, todo a Messi, solo funciona si Messi está en su mejor forma, si es el Messi que nos dejaba boquiabiertos, semana sí y semana también, el mejor jugador del mundo, el que se inventaba un milagro cuando todo se complicaba, el que hacia inservible cualquier plan B porque el plan A, el suyo funcionaba siempre..

     Nos trajeron a Neymar, pero tal vez de tanto decirle que no tenia que oscurecer a Messi, de tanto miedo a juntar gallos en el gallinero, se ha quedado, de momento, en unos fuegos artificiales que alegran la vista pero que, de cara a puerta, parece absolutamente nulo..

     Una plantilla de 13-14 vacas sagradas con unos cuantos suplentes, buena gente, buenos chicos, incapaces de enfadarse, que molestan poco a los titulares y que nunca, nunca, comprometen su estatus. Sin un delantero centro que sea capaz de desatascar un dia oscuro, con Cesc como punta cuando Messi esta ausente, y con un vacio en la sala de mandos que se aprecia desde fuera.

     Llega Navidad, el parón de las fiestas, y a pesar de que Messi no esta, y no ha sido el Messi de siempre, con Valdés lesionado, con Alba fuera de los terrenos desde hace mucho, el equipo puede acabar líder la primera vuelta, esperando el retorno de Messi, el retorno del mejor del mundo, y eso, por si solo ya es una señal que invita al optimismo.

     Pero no estaría de más que en esa sala de mandos se pusieran las pilas, que con el parón invernal nos traigan a un delantero centro, traigan a algun jugador que mueva el banquillo, que a los de ahora les haga ponerse las pilas, y que en lo que resta de temporada volvamos a tener un equipo competitivo.

     Dicen que no se debe volver a donde fuimos felices para no romper ese encanto del pasado, pero el Barça ha de intentarlo. Posiblemente no se repitan con demasiada fidelidad aquellos tiempos, demasiado perfectos, pero hay que mantenerse alerta, ojo avizor, detectando los problemas y poniendo el remedio.


     O seguiremos esperando que una bofetada nos despierte.