FELIZ 2014, LEO

     Aquella noche ante el Paris St Germain de Ancelotti, Leo Messi tuvo que salir a jugar lesionado, casi arrastrando la pierna. Entonces a nadie se le ocurrió pensar si era bueno o arriesgado jugarse la salud del mejor jugador del mundo para tener unas cuantas opciones más de eliminar a los franceses, a nadie le pasó por la cabeza que aquella decisión, tal vez irresponsable, pudiera traer pésimas consecuencias.

     Nos habíamos acostumbrado a ver a Leo, no sólo como el mejor jugador del mundo(pobres tipos los que, por un plato de lentejas son capaces de seguir ladrando el nombre de Cristiano como sucesor) sino como una especie de guerrero inmortal, capaz de llevar, año tras año, a los suyos a ganar batalla tras batalla.

     Y ahora ha recibido una herida. Y salen las alimañas a buscar en la trinchera contraria a los culpables. Messi ha vuelto a alimentarse mal, gritan en una acera, ya no es el que era, replican otros. Todo el problema viene de la mala pretemporada que hizo el jugador, de esa gira inoportuna y absurda recorriendo miles de km haciendo bolos dice un tercero,  o tal vez haya quien piense que Hacienda ayudó con su persecución, aun no se si malintencionada u oportunamente sacada a la luz (“ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”).

     El Barça de Martino ha tenido que enfrentarse semana tras semana a otro Barça, el de Pep Guardiola. Y en cuanto Messi ha vuelto a recaer, la bandera del guardiolismo ha sido izada, para seguir en esa comparación en la que el Xavi de hoy ha de enfrentarse a otro Xavi de 26 años, el Iniesta gris de ahora le ha de disputar un puesto a aquel “Iniesta de mi vida” que nos dejaba con la boca abierta, y también este Messi, casi roto tenía que lamerse las heridas y seguir luchando para demostrar que seguía siendo el de siempre, el que nos ha hecho soñar, el que nos ha hecho levantar del asiento, el que nos ha hecho tan felices a los culés.

     Y es dificil vencer a una sombra, es imposible vencer a un  recuerdo idealizado , y es absurdo creer que las cosas son eternas.

     Messi tiene derecho, suponiendo que así haya sido, a equivocarse en la planificación de sus vacaciones, tiene derecho,porque se lo ha ganado, a tener un mal mes e incluso un mal año. Y tiene derecho a elegir a su ángel de la guarda, a su recuperador y a su gente de confianza, independientemente de que, en ocasiones, pueda cometer errores.

     Ahora, afortunadamente, a Messi le han diagnosticado que ha de parar durante 8 semanas, lo cual, siendo grave, es lo mejor que le puede pasar a este Barça. Si le hubieran dicho que en 3 semanas podía continuar, habríamos tenido a un Messi renqueante, jugando partidos de liga intrascendentes ante equipos de segunda fila,o en la Champions, una vez clasificados, buscando mejorar un record, presionados por esa campaña del Balón de Oro, empeñados en conseguir ese galardón con el que sueñan en la capital, y en el que unos cuantos periodistas de bufanda y cesta de navidad, continúan prostituyendo su decencia y vendiéndola a diario en unos programas de televisión o en algunas columnas de la prensa madridista, ansiosa por  poder volver a regalar vasos con el escudo blanco.

     Messi debe descansar, y tiene que hacerlo. Perderá el pichichi, pero puede ganar su recuperación como mejor del mundo, perderá la opción de una bota de oro que añadir a una vitrina abarrotada,pero puede recuperar esas sensaciones, esa explosividad, esa sonrisa que le hacía diferente, distinto, irrepetible.

     Pasaremos sin él unas semanas, aguantaremos sin el hasta la Nochevieja, y   echaremos de menos esa magia, pero Messi, en su soledad, en la dureza de las sesiones de rehabilitación, se conjurará para volver a ser el de siempre, el que inventaba lo imposible, el que se disfrazaba un día de Maradona y un rato más tarde de Cruyff, en que a veces era un sueño y siempre la pesadilla de los rivales.




     Y cuando vuelva Messi, volverán a temblar los enemigos, los que hoy, borrachos de odio, brindan cada noche en las ondas, en la televisión o en la soledad de sus periódicos o blogs de futbol. Ellos brindan con champán francés, porque ellos no lo pagan, y yo lo haré con cava para que Messi vuelva, fresco, a ser el de siempre.

     Y los cules volveremos a saltar de los asientos.