ASI, ASI, ASI ROBA MUÑIZ

     Tremendo. Exagerado. Necesario. Ayer, en Elche, tenía que haber un error humano porque sin ese error humano el Real Madrid, el de todos, el equipo más caro del mundo, tras fichar más que nadie en el mundo, tras pagar mas que nadie en el mundo, podía quedarse fuera de la lucha por los primeros puestos, y en vísperas de recibir a los de Simeone que están en su mejor momento (pobres, la que les espera).

     Seguramente les hubiera gustado hacerlo con más disimulo, con menos alharacas, con menos escándalo, pero no hubo ocasiones para ello. El Real Madrid jugó fatal, y bastante estaba haciendo Muñiz(un futuro espléndido, con algún puesto importante en el horizonte si continúa en esa línea ) con no expulsar a Ramos cuando, con amonestación previa, señaló una falta siendo el último defensor, o en las faltas al borde del área que, al menor contacto, pitaba, una de las cuales fue el gol de los suyos.

     Pero la desgana de los jugadores, el pasotismo, la ley del minimo esfuerzo, y claro esta, el empuje local, habia empatado el partido.

     Y allí estaba él, con su peinado especial, con su gomina a cuestas. El tiempo estaba cumplido, en condiciones normales ni siquiera hubiera permitido sacar el córner un minuto después de acabarse el añadido, pero sabia que era la última esperanza, y que ese pequeño detalle nadie se lo iba a recriminar(excepto los del Elche, pero esos no importaban en la zona noble) y que en cualquier caso se disimularia. También al Barça, ante el Sevilla le permitieron 10 segundos más, y aunque no era lo mismo,  para eso se tenia a la prensa comiendo de la mano del jefe.

     Y llego la jugada clave. Pepe agarró a un rival y lo volteó, y entonces se dejó caer con él. Era la oportunidad que estaba esperando. Como si los espiritus de tantos arbitros que se fraguaron una carrera en hechos puntuales lo hubieran poseido, señaló penalti.

     Sabía que seria un escándalo, pero que se taparía. Sabia que un empate de los blancos pondría el foco en su arbitraje, y él no estaba dispuesto a perder prebendas, amistades y contactos para el futuro. Su estadística quedaría tocada. Si el Barça le ganaba al Sevilla y el RM pinchaba en Elche, la cosa podia complicarse.

     Un penalti inventado y fuera de tiempo, podría ser el salvoconducto para una vida mejor. Y señaló feliz el penalti, conteniéndose, tal vez, las ganas de abrazar a alguno de los suyos.

     Era el sueño de cualquiera. Salir a diario en los medios, publicidad, buena prensa. Iba a ser de nuevo “uno de los nuestros”.

     Nadie pensó ¿para qué? en el rival. En ocasiones estos tipos parecen pensar que solo juegan los suyos y el Barça y para mantener esa artificial lucha por el titulo, han de hacer lo que sea, “por lo civil o por lo criminal” para evitar que el curso de las cosas sea el natural.

     Hoy, un infinito corifeo de prostituidos intelectuales, de bufanderos con carrera de periodista han pasado la noche imaginando que decir para que sea creible. No pueden justificar el penalti( o si, vaya usted a saber si se puede modificar, borrar o falsear la jugada) pero pueden hacernos creer que, tal y como estaba previsto, “es un error humano”.

     Se empeñarán en decir eso tan oido “a los grandes siempre les benefician”  o cosas parecidas. No querrán decir la verdad porque eso podría reducir la publicidad institucional, las exclusivas en materia de promociones y el grifo económico.

     Y el arbitro, feliz por su “error”, sabe (de casta le viene al galgo, su padre ex arbitro es socio fundador de una peña madridista y no le da ninguna vergüenza) que señalar penaltis a favor del Real Madrid(ya una docena por solo uno a favor del Barça) da réditos. 

     Al final todo se resume en la frase que Santiago Posteguillo adjudica a Dion Coceyo, consejero de Trajano en el siglo I d.C.:

     “lo justo nunca agrada a los que se acostumbraron a la injusticia, y aún mas cuando esa injusticia es provechosa para ellos”


     Y eso que Roma no pagaba traidores. Pero esto nunca ha sido Roma.