
Tenía que ser en el estadio del Español y por “incomparecencia” de nuestro gran
rival. El empate a uno confirmó lo que todos sabíamos: que el Barça se
proclamaba, por fin, campeón de la temporada 2012-2013.
Ayer domingo por la tarde me puse a recordar con un amigo culé,
también de aquella época en la que siempre ganaban los mismos, cuando no era por
un penalti fuera del área era porque un árbitro descontaba 12 minutos hasta que
llegaba el gol de la victoria de los suyos, y nos dejamos llevar por la
nostalgia.
Y recordábamos aquella época tan dura, que tan magistralmente nos cantó
Serrat como :”
la España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía” en la que
disfrutamos de nuestro primer titulo de liga cuando, ya casi soñábamos con las
primeras caricias femeninas mientras los curas nos amenazaban con infiernos y
cegueras. Aquellos 14-15 años en los que, por primera vez desde nuestra afición
a este club, celebramos el título de liga.
Mi amigo me recordó que ya estábamos casados cuando por segunda vez en
nuestra vida volvíamos a ver a los nuestros en Canaletes, celebrando el titulo.
Y que nuestros hijos, que empezaron a interesarse por este deporte a inicios de
los 90, ahora apenas valoran este título porque llevan una docena celebrados en
su todavía corta vida. Durante los años en que mi amigo y yo vivimos en el
franquismo, sólo un titulo de liga se nos permitió, y a veces no sabemos qué es
lo que no quedó “
atado y bien atado” aquella temporada.
Mis hijos, culés también, han vivido las ultimas épocas de nuestro Barça
y de las 22 ultimas temporadas han visto ganar a nuestro equipo en mas de la
mitad, en 12, y han visto ganar a su eterno rival, el nuestro, el mío de
siempre, tan solo en 7 desde la llegada del Cruyff entrenador.
Han visto ganar a su equipo 4 champions, cuando yo ya tenia más de 30 en
la primera, y aquellos robos, y aquellas copas de Europa en blanco y negro con
imágenes del No-Do les suenan tan antiguas como la dictadura.
El haber sido testigos de esta época maravillosa, haber visto el 2-6 del
Bernabéu, algún 5-0 glorioso, eliminar a nuestro rival en champions, ver su
histeria(parecida a la que nosotros sufrimos tiempo atrás) en cada
enfrentamiento, ver a los equipos de Romario, Ronaldinho, y sobre todo haber
asistido boquiabiertos en ocasiones a las exhibiciones de futbol de Messi
acompañado por esos “locos bajitos” es algo irrepetible.
Y tal vez por eso, hace 48 horas ganamos una liga y no se detecta
demasiada alegría en nuestro entorno, la decepción europea ha marcado el final
de la temporada. Hemos ganado otra liga y en lugar de gritos de euforia hay una
tímida sonrisa, en lugar de soñar con este futuro maravilloso, estamos llenos de
preguntas, tal vez porque acostumbrados al triunfo con espectáculo, el triunfo
sin más no llena del todo.
¿Y ahora que señor Rossell? Porque el triunfo en esta liga, el éxito
final, pese a la humillación europea, no debe tapar los problemas que el equipo
ha ido mostrando, las carencias que se han ido viendo semana a semana.
Para empezar, presidente, debería cambiar el planteamiento “señorial”
respecto a los arbitrajes, al menos mientras en la acera de enfrente sigan
persiguiendo a los colegiados a los parkings y sigan saliendo a la gresca diaria
con cualquier error que les perjudique o nos beneficie.

Se puede mantener la paz, el respeto pero siempre que esa postura de
deportistas honrados no nos perjudique ante el comportamiento de “los otros”.
Hace falta un pacto, un acuerdo, y que sepan que no hemos mordido pero que
tenemos dientes, como cualquiera. A un ladrido respondamos ladrandoles mas
fuerte. A un mordisco, un buen bocado.
Y en el aspecto puramente deportivo, probablemente Tito no sea la mejor
opción, pero es la menos complicada para mantener la paz social. Pero ha de ser
con un Tito en buenas condiciones, y que se vea fuerte. Si no es así, se
necesita un relevo que sea capaz de respetar el esquema, que mantenga la fe en
lo que viene por detrás, y que renueve la ilusión de los aficionados.
Como Valdés ha decidido marcharse, hay que analizar si conviene que se
quede un año mas, tal vez con la cabeza en otro sitio y arriesgándonos a que en
cualquier error la afición le recuerde su marcha, o apostar por un portero nuevo
que vaya haciéndose con la porteria.
Es imprescindible explicarle a Messi(sobre todo a Messi) y a unos
cuantos más, que no pueden jugar 80 partidos por temporada, tenemos que
olvidarnos de que el argentino siga batiendo records individuales(20 partidos
seguidos marcando, un gol a 22 equipos seguidos, etc) porque esos records
condicionan la planificación, y si por conseguir que Messi bata el record de
goles consecutivos ha de jugar un partido de copa ante el Mirandés,
probablemente no compense si por el record llega hecho un trapo a final de
temporada.

Evidentemente hay que replantearse la función de jugadores que no
parecen sentirse cómodos si juegan un poco menos, como Cesc y Villa, plantearse
si Alexis está para que se le de otro año o si conviene una venta ahora que
parece recuperar las sensaciones, y evidentemente, es imprescindible fichar
gente que pueda y deba ser importante en el equipo, nada de rellenos.
No podemos seguir dejando que Messi lo resuelva todo, no podemos
depender tanto de Leo que no seamos capaces de jugar sin el ni en la copa del
rey, y necesitamos un delantero cuyo nombre sea sinónimo de juego y de goles,
sobre todo de goles.
Sin olvidarnos de que en la defensa no podemos estar toda la vida
dependiendo de un jugador de 35 años, y de un medio reconvertido en central. Se
necesita un central que se haga con el puesto desde el primer día y que tenga
muchos años por delante.
Sr. Rossell, ese trabajo ha de ser el suyo. Y sobre todo, ha de hacerse
en silencio. Si cada vez que usted o uno de los suyos encuentra delante un
micrófono mete la pata el club nunca llegará a ser lo que todos soñamos que sea
nuestro Barça.

Hasta ahora esta directiva ha ido viviendo de lo que quedaba de la
anterior(que en materia de fichar ha rozado el ridículo) y de añadir unos pocos
fichajes, a cual menos acertado que el anterior, pero ya no podemos permitirnos
más errores.
El prestigio nacional e internacional ganado a pulso en los últimos años
está en juego. No olvidemos que la historia nos ha dado muchas bofetadas.
Seguimos teniendo en nuestras filas al mejor jugador del mundo, un centro del
campo espectacular y una cantera que da grandes cosechas. Hay que trabajar mucho
y bien este verano. Quiero creer que hace varias horas que ya están
trabajando.
Se ven síntomas preocupantes que gracias a la debilidad de nuestro rival
en liga no han salido a la luz. Y a usted se le votó para que mantuviera la
herencia y la aumentara. Recuerde la parábola de los talentos. El año que viene,
por esta fecha, los verdaderos dueños le van a pedir cuentas.
Y tal vez en vez de preguntarle le griten “Márchese Sr. Rossell”