Empate y gracias. En Valencia volvió el equipo de la liga.
Eran los mismos que ante el Tottenham, pero volvieron al estilo, a jugar
andando, a un rosario de pases, casi 1000, de los que solo un par llevaron peligro.

Y de nuevo, salieron dormidos, y encajaron un gol en la
primera jugada. , Luego Messi despertó y decidió jugar un rato, apenas un cuarto
de hora hasta empatar, y a partir del empate, a descansar, como si el resultado
les pareciera extraordinario.
Y andando, porque cuando Messi se pasea los demás le
acompañan en la excursión, y desde el banquillo encefalograma plano. Ni una
sola idea, ni una sola modificación, ni un solo cambio hasta el 82.
Mala pinta tiene este Barça que parece cansado, y sin razón, que tiene en el banquillo a gente que se va desmotivando, con ganas de
correr, de pelear, de luchar por los balones y ven, desesperados, que siempre
juegan los mismos, corran o no, anden o paseen, que a algunos les sobran las
botas y les falta una sombrilla y un poco de crema para que el sol no les
afecte.
Y habrá quien podrá decir que aun asi, vamos por delante de
los dos grandes rivales, y que ganando en la próxima jornada al Sevilla
recuperaremos el liderato, pero lo que parece que no vayamos a recuperar nunca
es la ilusión, y con el calendario que hemos tenido, lo normal sería sacarle 7
puntos al siguiente.
Ha vuelto el equipo ramplón,
falto de ideas, que en el banquillo parece no tener a nadie, y cuyo entrenador asiste como un zombie al triste espectáculo sin tener soluciones,
porque cuando consulta su libreta, se encuentra una hoja en blanco.
Son ya demasiados
los equipos que conocen como romper el
triste tiki taka, muchos los que saben que el Barça es como un Aquiles, del que
todos conocen su punto flaco.
Y lo que es peor, parece
llevar en su talón una diana fluorescente.