Nada es eterno. Y el Barça tampoco. Y llevábamos mucho tiempo viendo las señales
y mirando hacia otro lado. Habíamos recibido muchos avisos: el triste
espectáculo en Milán, la pésima segunda parte ante el Paris S.G. en casa, las
derrotas ante el Real Madrid en la Copa del Rey, y siempre se suavizaban buscando un
culpable fuera(que en el tema arbtiral lo habia, pero nunca mirabamos hacia nosotros).Ayer, jugando el peor patido en años, pudimos haber perdido 2-0 si el arbitro hubiera visto el fuera de juego en el segundo gol y si le hubiera parecido bien señalar la falta en el tercero que es de lo mas descarado que yo he visto en años, pero volveríamos a equivocarnos si repitiéramos el desviar la atención fuera del estadio.
Pudimos perder 2-0 y entonces hubieramos apelado de nuevo a la heroica y tras
una semana hablando de remontadas, probablemente ganaríamos 2-1 para volver a
quejarnos del arbitraje(y seguramente con motivos), encontraríamos una excusa nueva para seguir igual, y
entraríamos en una dinámica perdedora y tal vez para quedarnos en ella como en
los 80. Y entonces no analizaríamos las cosas para dejar que todo siguiera
pudriéndose poco a poco.
La planificación de la temporada y la configuración de la plantilla fue
horrible. Llevamos demasiados años perdiendo a Henrys, Etoos y YayasToures para
incorporar a jugadores que luego no sabemos ni de qué juegan ni para que los
queremos. Los fichajes de Song y Alexis no han aportado nada, el chaval Bartra,
que puede llegar a ser un gran central porque calidad tiene, no ha tenido
oportunidades ni en los partidos ante el Rayo o el Celta, y se han inventado a
Song, a Busquets, a Adriano con tal de no darle minutos a él, y de repente,
cuando nos jugamos la temporada en un partido, un chaval inexperto tiene que
sacarnos las castañas del fuego. Decisiones de un banquillo que andaba en otras
cosas y que siempre jugaba(y es comprensible) la carta de no arriesgar.El cartero ha llamado muchas veces, y nos ha traído una carta en la que nos hablaba de la mala planificación, en la que nos decía que necesitábamos centrales expeditivos y altos, que supieran jugar el balón, en la que nos avisaba de que basándonos solo en Messi no podíamos mantener el nivel de éxitos, que necesitabamos fomentar un poco de competencia en la plantilla,y que con esa división entre titulares muy titulares y meritorios sin esperanza, había que introducir elementos que hicieran ponerse las pilas a unos y dar esperanzas a los otros.
Y es que con unos jugadores tan buenos como los “locos bajitos” del medio campo, y con un Messi al 100% se disimulaban las carencias, y si un equipo nos marcaba 3, en ocasiones le devolvíamos 4 y parecía que en aras del espectáculo todos debíamos hacer un gesto de complicidad. Pero en el fondo todos sabíamos que nos estaban tomando la medida, que un grupito ordenado atrás, encerrados y agresivos, eran como una muralla, y costaba un mundo derribarla, pero aparecía Messi y resolvía el problema. Y mientras duró la enfermedad de Tito, ese era el plan. Y ahora se trata de cambiar, se trata de tener planes alternativos.
No se trata de renunciar a un estilo, no se trata de que fichemos ahora a un entrenador que nos meta atrás a defender para pillar al contragolpe al rival, no se trata de echar tierra sobre nuestro pasado tan reciente, el que nos ha dado tantos triunfos, el que nos ha llevado a ser el mejor equipo del mundo año tras año.
Y tampoco se trata de lanzarnos al cuello de jugadores que nos han dado
tanto, que nos han hecho disfrutar de esa manera, que nos han hecho llorar de
emocion viéndolos jugar. Ni de un cuerpo técnico que, superando sus problemas
graves, han dado la cara y se han dejado las cejas analizando e imaginando pero
encorsetados en un sistema que ya se ha visto que necesita modificarse para que
siga dando frutos.Pero este estilo y ese sistema necesita los mimbres apropiados, necesita una plantilla compensada, y necesita un entrenador que sea capaz de aplicar el bisturí a la actual y reorganizar un equipo para resurgir, para volver a ser los mejores. Y no se si Tito, con el hándicap de su enfermedad, y tras 6 años compartiendo vestuario, va a ser capaz de serlo.
Este club necesita un director técnico que tenga carácter para conseguir
que en la plantilla estén los que tienen que estar, que sepa gastar el dinero en
lo que hace falta aunque sea un poco más caro, y sobre todo necesita una
directiva que trabaje en silencio(pero en silencio y sin decir tonterías en cada
comparecencia), que impida que el Barça sea tratado en España y en Europa como
un club menor al que, en un mismo partido, le pueden marcar 3 goles ilegales y
no pase nada, un club menor al que le puedan perjudicar en tres eliminatorias
consecutivas con 5 goles ilegales, y el silencio sea la única respuesta.
El cartero ha traído una carta de nuevo, y del club depende que sea un aviso para mejorar o sigamos diciendo que la culpa es siempre ajena.
Hacen falta cambios para que todo vuelva a ser como antes.
Si seguimos mirando hacia otro lado, la siguiente visita del cartero no será para advertirnos.





















